Meditación

Explicación del tema

Please login for access. Login

Texto completo de la meditación

Ahora, sin perder este clima de oración, vamos a sentarnos en el lugar que el Padre nos tiene preparado. Nos sentamos en los banquitos de oración [o en las sillitas] que hay en la casa preparados para nosotros. ¡Porque el Padre nos trajo a la casita de nuestro corazón, para hablar con nosotros!

Pasamos al espacio 2. Los chicos se sientan en los banquitos de oración, o en sillas de su tamaño. 

Vamos a volver a cerrar los ojitos un poquito más.  Y vamos a escuchar qué nos dice Dios. Volvamos a la casa de nuestro corazón. Dios también quiere escucharnos a nosotros. Quiere que hablemos con Él. Eso es rezar. Siempre en esta casita está la Virgen María, para ayudarnos y enseñarnos todo. Vamos a pedirle que nos enseñe a rezar. Vamos a recordar las cosas tan buenas que Dios hizo por nosotros. Y vamos a adorarlo.    

Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, que estás aquí presente en nuestro corazón, te adoramos. Queremos aprender a escucharte y aprender a hablarte. Virgen María, enséñanos a rezar. 

Cuando no existía nada todavía, ni las plantas, ni las montañas, ni los animales, ni los hombres, sólo existías Tú, Elohim, Santísima Trinidad. 

Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¡estuvieron hablando de nosotros [decir los nombres de los chicos, si son pocos] y estuvieron hablando de la gran obra de la creación, la gran casa, el gran templo que iban a hacer, en el que vivimos ahora! ¡Ahora podemos vivir con Ustedes y estamos muy contentos! ¡Gracias! Todo lo que hicieron es muy lindo y muy perfecto. Crearon para nosotros y para nuestro templo los pájaros que nos enseñan a cantarles. Los peces que están en el mar, que no cantan ni hablan, sino que son silenciosos. Ellos nos enseñan a hacer silencio en este santo templo de la creación. Los caballos, que nos ayudan a ir de un lugar a otro en este templo. Los árboles, las flores y las estrellas, que lo adornan y lo dejan muy lindo. El sol y la luna, que iluminan el templo. 

Padre, creaste todas estas cosas para que te demos gloria, junto a tu Hijo y al Espíritu Santo. En este santo templo que es la creación podemos cantarles con todo el corazón y agradecerles tantas cosas buenas. 

Gracias, Padre, por haber creado todas las cosas. 

Gracias, Jesús, porque por Ti se hicieron todas las cosas. 

Gracias, Espíritu Santo, porque Tú cuidas siempre la creación. Y nos cuidas siempre a nosotros. Queremos acompañarlos siempre dentro de nuestro corazón. Sabemos que nuestro corazón también es su templo. Y que viven siempre en nuestro corazón. Nunca nos dejen solos. Quédense siempre en nuestro corazón.  

Preguntas

Ahora vamos a pensar un poquito. Vamos a hacer la meditación:

¿Qué le puedo regalar a Dios que vive en la casa de mi corazón?

El mayor de los regalos que le gustaría recibir a nuestro Padre del cielo es la obediencia ¿Le voy a decir: “sí” a todo lo que me pida a lo largo de todo el día?

Y si, en algún momento, le digo “no quiero”, ¿le voy a pedir perdón enseguida? Él enseguida me perdona. 

Palabra de Dios a aprender de memoria [la repetimos varias veces]: 

Padre, ahora, vamos a aprender de memoria una palabra tuya que te encanta que te digamos: 

“Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor”.

Salmo 117

Vamos a repetirla. 

Ahora Ustedes solitos.