Meditación

Please login for access. Login

Texto completo de la meditación

Ahora, sin perder este clima de oración, vamos a sentarnos en el lugar que el Padre nos ha preparado. Nos sentamos en los banquitos de oración [o en las sillitas] que hay en la casa de Dios preparados para nosotros. Porque el Padre nos hizo venir a la casita de nuestro corazón, para hablar con nosotros.

Ya hecha esta pequeña transición de lugar, los chicos se sientan en los banquitos de oración o sillas (espacio 2). 

Vamos a volver a cerrar los ojitos un poquito más. Volvamos a la casa de nuestro corazón. Y vamos a escuchar lo que Dios nos dice. Vamos ahora a hablarle al Espíritu Santo. 

Ven, Espíritu Santo. Llena nuestros corazones con tu luz, para que nunca estemos a oscuras y desobedezcamos a Dios.  

Lucifer ya se había convertido en un dragón feo. Entonces, comenzó a lanzar de su boca un río de agua que inundó toda la tierra. La llenó toda de una tiniebla espesa y oscura. 

Entonces, el Padre te envió a Ti, Espíritu Santo, para que estuvieras vigilante y detuvieras al dragón. Lucifer no lo sabía. Él creía que podía arruinar la obra de Dios Padre. Pero Tú estabas allí, atento y cuidando todo. Entonces lo detuviste y tuvo que retroceder. Tú venciste al dragón malvado.

Gracias, Espíritu Santo, por vigilar y vencer al dragón. Ven a ayudarnos cuando el dragón viene a poner malos pensamientos en nuestro corazón, como, por ejemplo, el deseo de pelear con los demás, de romper algo, de pegarle a algún hermano o compañero. 

Ahora vamos a hablar con el Padre. Padre bueno, además de detener al dragón, pensaste en ordenar lo que él había desordenado. Para hacer esto enviaste a tu Hijo, Jesucristo. Enviaste a Jesús para ordenar ese caos que produjo el dragón.  Gracias, Jesús, por venir a ordenar nuestra casa, el mundo. Ayúdanos a cuidar y ordenar todo lo que el Padre nos ha regalado: una casa, un aula, útiles escolares, juguetes y todo lo demás. Ayúdanos a guardar los juguetes después de jugar con ellos. Así seremos como el Padre.

Preguntas

¿Me pasa alguna vez que me enojo y quiero romper algo, pegar a alguien o pelear con algún hermano o amigo?

Cuando estoy enojado, ¿digo cosas feas a algún amigo, hermano, a mamá o a papá?

¿Cuido la casa, el aula, mis útiles escolares y juguetes o los rompo y dejo tirados?

Espíritu Santo, Tú que siempre eres bueno, ayúdame a ser bueno y ordenado. 

Ahora vamos a trabajar en silencio y con amor, en presencia de Dios, que también nos mira con amor. María está aquí también. Trabajemos con ella. 

Palabra de Dios a aprender de memoria [la repetimos varias veces]: 

Ahora, aprendamos de memoria unas palabras de Jesús:

«Amaos unos a otros.»

Juan 13: 34

Y, cuando tengamos ganas de pelear con alguien o romper algo, recordemos esta palabra. 

Vamos a repetirla. 

Ahora Ustedes solitos.