La escritura cursiva caracteriza a una persona al igual que el tono de su voz o la forma en que camina.
Caligrafías es un sistema donde, además de enseñar paso a paso el trazado de letras y números, acompañamos la práctica de la caligrafía con textos bíblicos especialmente elegidos para que puedas meditar sobre el establecimiento del Reino de la Palabra a lo largo de la Historia de la Salvación. .
Los frutos del tiempo que dediques a este rumbo te acompañarán durante toda tu vida.
La historia de la salvación
Módulo 1: Los comienzos del Reino
La Palabra, por la cual fueron creadas todas las cosas, invita al hombre a ser parte de su Reino. El hombre lo rechaza al elegir confiar en la palabra de la serpiente en lugar de la de su Padre.
Módulo 2: Israel, pueblo de reyes
Dios revela su nombre a Moisés y entrega al pueblo de Israel sus diez palabras de vida, sus mandamientos, haciéndolos reyes y sacerdotes ante otras naciones para restaurar el reino de la Palabra.
Módulo 3: El Reino en Sión
Dios escoge a David como rey de su pueblo, un rey conforme a su corazón, como un niño que confía en las palabras de su padre, y le promete que su trono durará para siempre.
Módulo 4: El Reino de la Palabra
El Verbo hecho carne, hijo de David, establece su Reino entre nosotros, para enseñarnos a reinar según la palabra del Padre, que nos lleva a ser reyes y reinas.
Preguntas frecuentes
Escribir es expresar de manera precisa y perdurable nuestras ideas sobre la realidad que vivimos. La escritura nos permite fijar o definir esta comprensión de la realidad. Nos gusta dejar huella de lo que pensamos y decimos. Escribirlo es como decir “esto es importante”.
Cuando escribimos no usamos imágenes o pictogramas, sino letras, un alfabeto. Esto nos permite componer fácilmente conceptos abstractos con precisión y mucha variedad. Con las pocas letras del abecedario podemos escribir cantidades ingentes de palabras. Esto, a su vez, nos permite comprender y expresar la realidad en toda su complejidad de seres y situaciones.
Para eso vamos a la escuela: para aprender a expresarnos con orden y precisión, tanto oralmente como por escrito. Aprendemos a escribir no solo de una manera legible para los demás, sino también atractiva. No solo tiene que tener sentido, también tiene que verse bien.
Consideremos la alternativa. La letra impresa y la escritura mecánica –el teclado de la computadora, o la escritura con letras simples, ya sea en mayúsculas o minúsculas (los “palos”), propone la idea de una sopa de letras aparentemente combinadas de la manera convencional que lo hacen, más o menos casualmente, palabras cuando se colocan en un cierto orden. El cerebro va fijando que lo importante es el orden de las letras, y no tanto el sonido y significado de la palabra. Esto se hace evidente cuando vemos lo que escriben los niños que sólo han aprendido mayúsculas: espontáneamente escriben todo en secuencia, sin separar espacialmente las palabras. Tu cerebro no reconoce la necesidad de separar conceptos. Es decir, este cerebro en desarrollo se centra en el aspecto mecánico de la escritura,
En otras palabras, la letra impresa refuerza un tipo de conocimiento cerebral que, en filosofía, llamaríamos “nominalista”, disociando simbólicamente el sentido de lo escrito. Además, hacer de la lengua una sopa de letras individuales enfatiza la desconexión de las partes esenciales de la lengua, cuyas palabras se componen de raíces, prefijos, sufijos y partes variables según su significado, y que en su conjunto forman una estructura lógica integrada. En otras palabras, las palabras están formadas por sonidos más o menos complejos de letras unidas entre sí.
La mecánica analiza las letras individuales, que en sí mismas y fuera de su contexto total en la palabra, no tienen sentido. Sería como mirar un conjunto de partes del cuerpo sin comprender nunca que son «partes», es decir, que sólo tienen sentido en términos del todo, del cuerpo entero. Lo mismo ocurre con las palabras. La escritura cursiva es escritura encadenada, un todo unido en sonidos que significan una realidad. Y dado que escribimos lo que pensamos, una letra cursiva promueve el pensamiento conectado: integrado, completo y contextualizado. Eso es genial, y solo por esa razón vale la pena aprender cursiva.
En los tiempos más difíciles del aprendizaje tras la caída del Imperio Romano y la cultura grecorromana, los monasterios medievales salvaron los tesoros de la civilización poniendo todo por escrito en hermosos y elaborados manuscritos. Aun cuando no entendían lo que escribían, lo copiaban con fidelidad y perfección formal.
Quisimos rescatar esta herencia histórica de la educación clásica enseñando a los niños a escribir con la reverencia y el amor por la belleza que caracterizaron las iluminaciones medievales y sus biblias fantásticas.
Efectivamente, si vamos a enseñar a un niño -oa un adulto- a escribir con la mejor caligrafía, qué mejor forma de hacerlo que a través de la excelencia clásica del Libro de los Libros. Que aprendan palabras de la Palabra. Que aprendan a conectar sonidos, palabras y significados con el hilo de la historia de la Palabra. Es esta Palabra la que os enseñará a conocer la realidad que Ella misma creó y que significan simbólicamente las palabras humanas.
Por eso, en Caligrafías, seleccionamos las Sagradas Escrituras como base, y el lenguaje simbólico y ciertas frases que aparecen en las Sagradas Escrituras como tema a ser copiado por el estudiante. Queremos ejercitar nuestras mentes, cerebros y músculos con el material más excelente, para que memoricen, mientras aprenden a escribir, ese Mensaje que informará y formará su espíritu en las fuentes mismas de la cultura cristiana occidental clásica.
Los vídeos del curso no están pensados para que los vea el niño , sino para que la madre, el padre o el tutor descubran con ellos la forma más eficaz de enseñar a su hijo o alumno.
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